sábado, 30 de mayo de 2009

Mi trabajo

RAYMOND CARVER

Alzo la vista y les veo acercarse
por la playa. El hombre joven
lleva al bebé en una mochila.

Esto le permite tener las manos libres,
así que puede coger la de su mujer
con una, y balancear la otra. Cualquiera podría ver
lo felices que son. Y la intimidad. Cuánta
estabilidad.

Son más felices que nadie, y lo saben.
Lo agradecen, son humildes.

Caminan hasta el final de la playa
y desaparecen de mi vista. Así es, me digo,
y vuelvo a esto que gobierna
mi vida. Pero a los pocos minutos
vuelven caminando por la playa.

Lo único distinto
es que se han cambiado de lado.

Él al otro lado de ella,
al lado del océano. Ella de este lado.

Pero todavía van de la mano. Incluso parecen
más enamorados, si es posible. Y lo es.

Yo mismo estuve ahí bastante tiempo.

El suyo ha sido un paseo modesto, quince minutos
playa abajo, quince minutos de vuelta.

Han tenido que sortear a su paso
alguna roca y rodear enormes troncos,
moverse con rapidez cuando el mar se acercaba
agitado.

Caminan tranquilamente, despacio, cogidos de la
mano.

Saben que el agua es imprevisible ahí
pero son tan felices que la ignoran.

El amor en sus jóvenes rostros. El marco que los
encuadra.

Puede que sea así para siempre. Si son
afortunados,
y buenos, y lúcidos. Y prudentes. Si continúan
amándose el uno al otro sin límite.
Si son sinceros el uno con el otro - es lo más
importante de todo.

Lo serán, desde luego, lo serán,
ellos saben que lo serán.

Vuelvo a mi trabajo. Mi trabajo vuelve a mí.

Una brisa se levanta del agua.
(Versión de Jaime Priede)

miércoles, 27 de mayo de 2009

Panecillo's dance

Tercera sesión de "Mira quién baila a través del cine". Hoy, filiaciones. O cómo ligar a través del baile, que para eso se inventó.





martes, 26 de mayo de 2009

Excavadoras

Apareces con una excavadora
dispuesto a edificar en mi interior
como en una playa de Levante.

Negándote a escuchar las recomendaciones
de la Unión Europea que advierten que
mi ventrículo derecho está superpoblado
y que el izquierdo es reserva natural
plantas tu sombrilla en mi riñón.

Nadie dijo que fuera fácil, comentas
mientras el viento arranca
el gastado anuncio de “vendido” de mi cuerpo.

lunes, 25 de mayo de 2009

Dinero

Y a partir de hoy...

"No es un ambiguo sentimiento de angustia, es dinero"

Pablo García Casado, "Dinero", DVD Ediciones, 2007

viernes, 22 de mayo de 2009

Angelus Novus


"Hay un cuadro de Klee que se titula Angelus Novus. Se ve en él un ángel al parecer en el momento de alejarse de algo sobre lo cual clava la mirada. Tiene los ojos desencajados, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la historia debe tener ese aspecto. Su cara está vuelta hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que acumula sin cesar sobre ruina y se la arroja a sus pies. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero una tormenta desciende del Paraíso y se arremolina en sus alas y es tan fuerte que el ángel no puede plegarlas. Esta tempestad lo arrastra irremisiblemente hacia el futuro, al cual vuelve la espalda, mientras el cúmulo de ruinas sube ante él al cielo. Tal tempestad es lo que llamamos progreso".
Walter Benjamin

miércoles, 20 de mayo de 2009

Llamadas

Me llamas por teléfono y me dices que Penélope Cruz no quiere seguir viviendo en Los Ángeles. Y pienso que tal vez todo eso esté relacionado con tu intento de huir de mi lado. Esa noche sueño que me amamantas con tus pechos que saben a gusanitos Risi recién horneados. Cuando despierto me pongo los zapatos y vuelvo de nuevo al trabajo.

martes, 19 de mayo de 2009

Sólo una historia más de trenes

IMAGEN: Jordi Ribes

Decidieron coger el primer tren que pasara para la capital. Al principio ella tenía miedo y le entretuvo por el camino enrollándole y desenrollándole la bufanda alrededor de la cabeza.

- Ahora te veo. Ahora no me ves.

Anduvieron así un buen rato hasta que vieron al profesor de clase de inglés y echaron a correr. Ella recordaría ese momento más tarde, cuando estuvieran en el río, porque perdió un guante que era del mismo color gris que los ojos del pez.

Durante el viaje jugó a contar los árboles del revés. Comenzó por el 3000 que calculó eran los días que le faltaban para hacerse mayor y fue bajando de uno en uno. Mientras tanto, él le acariciaba las manos y le hacía reír.

- Mira. Una jirafa. – Y le señalaba una grúa en lo alto de una colina.

Cuando llegaron a la ciudad lo primero que hicieron fue meterse en el fotomatón de la estación. Se intercambiaron los abrigos y jugaron a que cada uno era el otro. Ella se puso su gorra y él escondió un par de guantes debajo del abrigo que simularan sus pequeños pechos.

Fueron a los recreativos. Ella quería que saltaran juntos al dance machine pero él se puso a hablar con los chicos que estaban en los billares. Luego, cogió las bolas del billar y se puso a lanzarlas al aire a la misma velocidad que los árboles que pasaban por la ventanilla del tren. Los chicos grandes se reían y uno de ellos le puso un cigarro debajo de la gorra. Ella se puso triste porque él no la miraba.

Después se dirigieron al centro de la ciudad y pasearon por la avenida principal. Les gustaba mirar las marquesinas de los cines e inventarse el final de las películas. En sus historias Freddy Kruger acababa junto a la heroína y marchaban abrazados hasta que el horizonte los engullía.

Se cogieron de la mano y se pusieron a correr como locos por en medio del barullo mientras gritaban “al ladrón, al ladrón”. Las bolsas de la gente al volverse les daban en la cara y ella no podía parar de reírse mientras las lágrimas por el frío y la alegría le caían por el rostro.

No sabe muy bien por qué pero en un determinado momento él quiso ir al río que hay a las afueras de la ciudad. Le contó que existía un puente construido por los romanos y que en una de sus piedras habían dibujado a Snoopy vestido de rey egipcio. Ella no le creyó pero fueron hasta allí. Sólo había que subir la última calle de la parte vieja. Por el camino contaron dos viejos, un perro y una mujer que no era vieja pero lo parecía porque iba entera de negro. Cuando llegaron todo estaba en silencio. El río estaba seco y en el puente sólo encontraron escrito “aquí mea todo el mundo” y una j y una d en medio de un corazón.

Debajo del puente había muchos gatos. Todos eran negros como la mujer que no tenía edad. Uno de ellos jugaba con algo que desde arriba no podían ver qué era. Él quiso que bajaran para verlo más de cerca. Mientras descendían se dieron cuenta de que era un pez enorme como los que su madre preparaba para Nochebuena y ella no quiso continuar. Él se adelantó y espantó al gato con una pedrada.

- ¿Está muerto? – Le preguntó.

- No. Ven conmigo. - Le contestó, mientras encendía el cigarro que le habían dado los chicos.

Pero cuando ella se acercó ya sabía que él le había mentido porque los ojos de los peces sólo son grises si están muertos.

lunes, 18 de mayo de 2009

Rock and Roll

Tras el paréntesis festivo retomo la sección "Mira quién baila a través del cine". Hoy, rock and roll, o por qué Marcello Mastroianni es único. La película, Las noches blancas (Le notti bianche, 1957) de Luchino Visconti, basada en la novela homónima de Dostoyevski que también fue adaptada al cine por Bresson en Cuatro noches de un soñador (1971).

miércoles, 13 de mayo de 2009

Pili y Mili

Esta noche toca merienda-cena con este señor y con la mejor compañía del mundo.

martes, 12 de mayo de 2009

De aceras

Del anterior post-poema me gusta cambiar el último verso y sustituirlo por "seguirán amaneciendo los restos del amor en las aceras" (y que me disculpe el gran Casado por mancillar su estupendo poema). Y me imagino que es la madrugada cualquiera de un domingo y que sorteo todos esos meandros sentimentales antes de que el sol los convierta en islas. También se me ocurrió esta tontería:

Se conocieron en un semáforo. De ahí que siempre pensaran que el amor era el lugar donde se cruzan los pasos de cebras. Él llevaba un jersey a rallas negras y blancas. Ella una bufanda roja anaranjada. Cuando al quinto día a él le atropelló un Seat Ibiza verde ella comprendió que en realidad el amor era el lugar donde se juntan las aceras.

lunes, 11 de mayo de 2009

De afueras

Del libro "Las afueras", de Pablo García Casado

LAS AFUERAS

por más que se extiendan las ciudades hasta juntarse
unas con otras por más desengaños que el sexo la muerte
o las oposiciones nos deparen quedarán siempre las afueras

la oscuridad de los polígonos industriales la ineficacia
el ministerio de obras públicas por más que se empeñen
colectivos ciudadanos asociaciones de vecinos seguirán

amaneciendo los restos del amor en las afueras

viernes, 8 de mayo de 2009

De intermediarios

Y para este viernes, cancioncita de uno de mis grupos favoritos.

jueves, 7 de mayo de 2009

Historias sin más

Le dirás que vas a marcharte. Lo harás por teléfono. Y habrá uno de esos silencios que hacen más real la conversación. Como en ese documental en el que un águila está a punto de atrapar a una cabra. Y en tu cabeza sólo podrás ver las garras cada vez más y más grandes hasta que él te responda que “cuándo”.

Y tal vez sólo habrán pasado quince días o habrá transcurrido más de un mes. Y estarás en tu nueva casa, con su nueva sala de estar, repleta de plantas que nunca antes has cuidado y que parecerán mirarte con desconfianza, quizás sabiendo de antemano que no vas a poder arreglártelas sola.

En ese indeterminado espacio de tiempo te despedirás de tus amistades. Tal vez organicen una fiesta. En ella al principio te mostrarás huraña y despegada, como una suela que no encaja y no hay pegamento que consiga arreglar. Porque ese siempre ha sido tu papel en las escenas. Como cuando todos tomaban las uvas en Nochevieja y tú te encerrabas en la habitación. Luego siempre salías, con un anillo de oro, que echabas en el fondo de la copa, para que la familia brindara junta y el orden quedara restablecido de nuevo. Podrías preguntarte qué ha sido del anillo. Pero estarás demasiado ocupada contando la gente que ha ido a la fiesta.
(Continuará algún día)

miércoles, 6 de mayo de 2009

De jingles

Anoche, en Mad Men (lo retro, que me puede, aunque a veces se pongan de un intenso...) en una de las subtramas aparecía la campaña televisiva de Kennedy for President de 1960. Y, claro, no he podido resistirme a la tentación de buscarla y contrastarla con el famosisísimo vídeo de nuestro flamante new JFK. Y a mí que me va más el rollito jingle...




martes, 5 de mayo de 2009

De risas torcidas

Un año más vuelve Documenta Madrid. Festival que ante la crisis parece permanecer impertubable dado el interés de sus propuestas. Podríamos hablar de muchas cosas, de la retrospectiva Chris Marker o de la master class de Frederick Wiseman, pero prefiero detenerme en la sección La risa oblicua. Primero, porque no tomarse demasiado en serio a uno mismo me resulta un buen modus operandi ante la vida; segundo, por la intrasección 2.0 que han creado en la que puedes acceder a un top twenty de los delirios visuales que recorren la red. Desde el Llamadme Claudia de los Venga Monjas, que en su día ya nos conquistaron, hasta Kevin Smith hablando de Superman, internet se configura como una herramienta idónea para la desestabilización del discurso como principio de realidad (prometo no volver a poner una frase hecha de este tipo en todo el blog). Para los amantísimos de lo freak que dispongan de mucho tiempo -que a veces va acompañado- no perderse Gabinete de crisis. Y como muestra os dejo el making off del vídeo que hicieron los Weezer con los all star del universo freaky-nerd en la red. Para que nadie pueda decir que no estuvo ahí.


lunes, 4 de mayo de 2009

De primeras veces

Mi amiga tos ferina me ha prestado este relato para hacerme el lunes post-puente más llevadero.

La primera vez que leí un prospecto no sabía ni leer, pero no por ello pude dejar de mirar fijamente ese dibujo hexagonal que se convertiría en el emblema de la camiseta de fútbol de mi equipo de por vida: CINFA, laboratorios CINFA, siempre jugando en campo de tierra, siempre recibiendo goles por la escuadra izquierda.

Así que todavía recuerdo el momento en que mis manos cogieron el papel y lo desplegaron grácilmente, con ese sencillo mecanismo de acordeón que parece adentrarte en un simple juego, hasta que intentas devolverlo a su forma original y descubres que ya nunca más será posible salir de ese extraño bucle.

En castigo por todo aquello seguidamente lo manché, rebocé los restos de mi cuchara con sabores de tomillo aromatizado por todo el papelujo hasta que la tintura de drosera y el sulfoguayacolato potásico primero se fundieron en uno y después se pelearon entre sí de tal forma que al amanecer siguiente la piridoxina no estaría ya nunca más con el clorhidrato ni la codeína con el fosfato. Hasta tal punto llegó mi venganza que a partir de aquel momento lo importante para la mujer sería un lavado gástrico para su embrión y conducir bajo los efectos del alcohol si estaba embarazada.

Pero pese a esa rebelión mutua entre el prospecto y mi persona, las lágrimas todavía se me caen cuando evoco esa primera tabla de composición que vieron mis ojos nacer: g/100 ml g/15 ml (cucharada sopera) g/5 ml (cucharadita de café). Toda canción infantil. De ahí que siempre vaya al principio del texto. Nunca la química será más tierna en su universo.

Efectivamente es un momento importante en la vida de uno. Desde ese primer instante hasta el final de tus días, siempre estarás atado a un prospecto, a su tabla periódica, sus indicaciones, posología, contraindicaciones, advertencias, incompatibilidades, efectos secundarios, intoxicación y tratamiento, y, en extraño último lugar, presentación. Sin darte cuenta que esos epígrafes son los titulares de tu propia vida y que si tuvieras que resumirla cabría en ese mismo espacio, esa triste hoja que nunca te has cansado de mirar y no has logrado entender jamás.

Lo que siempre me pregunto es por qué los medicamentos deben mantenerse fuera del alcance de los niños. Con lo feliz que fui yo aquel día...